La frase «conversación con Dios» describe muy bien la oración cristiana. Cristo ha revelado que Dios es una persona real y que está interesado –apasionadamente interesado- en nuestras vidas, nuestra amistad, nuestra cercanía. Para los cristianos, entonces, la oración, como lo explicó el Papa
Benedicto XVI cuando visitó Yonkers, Nueva York en el 2007, es una
expresión de nuestra «relación personal con Dios». Y esa relación,
continuó diciendo el Santo Padre, «es lo que más importa».