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22 de marzo de 2015

V Domingo de Cuaresma


Meditación: Concentrar la mirada en Cristo

¿Qué es la Semana "de Pasión"?

No hay tiempo que perder, los acontecimientos se precipitan. La Palabra del Señor nos dice cómo convertir la muerte en vida, los llantos en cantares, la tristeza en gozo. Es la paradoja del Evangelio: "Os aseguro, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna" (Jn 12,24-25).
A esta semana se la llama "de Pasión" por la proximidad de la Semana Santa. Debemos disponernos a celebrar la Pascua, fiesta del nuevo nacimiento, de novedad de vida, de reiniciar con gozo el seguimiento de Cristo, quien nos presenta el paradigma cristiano: "Cristo, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna" (Hbr 7, 9).
Dispongámonos a renovar el pacto sagrado, el de nuestro bautismo, porque "mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva (Jr 31, 31).
La forma que todos tenemos a nuestro alcance es la reconciliación, la súplica del perdón. Si por lo que sea no hemos caminado por senda llana en los días cuaresmales, siempre se nos ofrece la misericordia, y es posible celebrarla, si la pedimos con humildad: "Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme" (Sal 50).