Arando estaba el buey,
y a poco trecho
la cigarra, cantando, le decía:
-¡Ay!,¡ay!¡
Qué surco tan torcido has hecho!
Pero él la respondió:
-¡Señora mía,
si no estuviera lo demás derecho,
usted no conociera lo torcido.
Calle, pues, la haragana reparona;
que a mi amo sirvo bien,
y él me perdona
entre tantos aciertos un descuído.
¡Miren quién hizo a quién
cargo tan fútil!
¡Una cigarra, al animal más útil!
Mas si me habrá entendido
y a poco trecho
la cigarra, cantando, le decía:
-¡Ay!,¡ay!¡
Qué surco tan torcido has hecho!
Pero él la respondió:
-¡Señora mía,
si no estuviera lo demás derecho,
usted no conociera lo torcido.
Calle, pues, la haragana reparona;
que a mi amo sirvo bien,
y él me perdona
entre tantos aciertos un descuído.
¡Miren quién hizo a quién
cargo tan fútil!
¡Una cigarra, al animal más útil!
Mas si me habrá entendido
7 comentarios:
Hasta el mejor de los pintores hace un borron...me ha gustado...un besote
HOLA MAGDALENA,LA CIGARRA COMO SIEMPRE TAN TRABAJADORA Y EFICAZ...
UN GRAN SALUDO, ANTONIA.
¡Hola Magda! Lo que le gusta a la cigarra meterse donde no le llaman....... Muy bien chica,
un abrazo
Hola, Magda, me ha gustado tu blog y te agradezco tu visita al mío.
Besos. María
Me ha gustado, nadie es perfecto, ni la cigala.Besitos.
Magdalena,gracias por llegar hassta mi casa,me hace feliz cada vez que me visitais.Me encanta tu blog,te pido disculpas por no poder comentarte durante la semana,mi pequeñita ya anda y voy tras ella todo el dia.Los domingos tengo para contestar.Besos de luz amiga mia.Ah,me encantó lo de laa cigarra.
muchisimas gracias por deleitarnos con este bellisimo y reflexivo texto, un besin muy muy grande de esta asturiana.
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