Un tordo picoteaba los granos de un bosquecillo de mirlos y,
complacido por la dulzura de sus pepitas, no se decidía a
abandonarlo.
Un cazador de pájaros observó que el tordo se
acostumbraba al lugar y lo cazó con liga.
Entonces el tordo, viendo
próximo su fin, dijo:
-Desgraciado! ¡Por el placer de comer me he privado de la vida!
Nunca
dejes que un momentáneo placer te cierre las puertas de por vida.
9 comentarios:
me gusta magdalena
hola magda amiga que verdad lleva esta fabula hay personas que roban la via a los pajarillos por el placer de disfrutar de su carne, feliz findeeeeee besitosssssssss
Ni comer te dejan ya a gusto, aunque sea un pajarito, hay que andar con mil ojos...
Buen finde, besos.
Gracias, es verdad ndad puedo impedirnos, ser libre y vivir lo que somos y como somos, gracias.
Al final ni respirar nos dejarán. No por mucho madrugar, amanece más temprano.
Un fuerte abrazo.
Muy bonita entrada Magda.¡Gracias!
Un abrazo.Dios te bendiga.
Si es que a veces, los placeres de la vida, salen muuuu caros. Un abrazo
hola magda corazon paso a dejarte saluditosss besitossss
Bendita seas dulce Magdalena muy sabia tu entrada gracias por compartirla buena hermana *
Bendita seas en cada amanecer *
un abrazo de corazòn a corazòn ♥ *
Paz y Bien * * *
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