¿Pedagogía de la oración?
Los salmos. El Espíritu Santo nos enseña a orar con los salmos: pone en
boca de hombres lo que quiere que le digamos y así nos enseña a orar.
Jesucristo aprendió a orar con los salmos, también María y San Pablo.
Los Salmos han sido escuela de oración por siglos para multitud de
creyentes.
Con frecuencia no sabemos poner palabras
a lo que nos sucede. Tampoco sabemos cómo reaccionar en determinadas
situaciones y cómo decírselo a Dios.
Los Salmos nos enseñan a hacerlo.
Son oraciones de hombres que vivieron experiencias como las que nosotros
vivimos y que nos enseñan a adoptar las actitudes
convenientes, sobre todo en nuestra relación con Dios.
Dios mismo
inspiró a los salmistas las palabras y los sentimientos con que deberían
dirigirse a Él, para que sus oraciones quedaran como andadera del
orante.
Dice San Agustín: "Para que el
hombre alabara dignamente a Dios, Dios se alabó a sí mismo; y, porque se
dignó alabarse, por esto el hombre halló el modo de alabarlo."
No hay comentarios:
Publicar un comentario