Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a
ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero, no te
culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan.
Hay en el mundo un lenguaje que todos comprenden: es el lenguaje del
entusiasmo, de las cosas hechas con amor y con voluntad, en busca de
aquello que se desea o en lo que se cree.
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